El tratamiento muestra resultados alentadores, pero aún no demostró su eficacia, resaltan las autoridades de Salud. 31 recuperados resultaron aptos para la donación. El 30% no desarrolla anticuerpos.
NATALIA LAZZARINI
Domingo 19 de julio de 2020 – 00:06
El mundo trabaja a destajo para encontrar un tratamiento contra el Covid-19. En las últimas semanas, cobró relevancia el uso de plasma de recuperados, para lo cual el Ministerio de Salud de la Nación estableció una reglamentación.
En Córdoba, nueve pacientes con Covid-19 ya recibieron plasma, informó Miguel Díaz, director del hospital Rawson, centro de referencia para el manejo clínico de la patología en la provincia. Ocho de ellos fueron tratados en la institución y uno, en el sector privado.
“El plasma está indicado para pacientes con hipoxemia (bajo nivel de oxígeno en la sangre). O aquellos que tienen neumonía bilateral grave. No se admite en fases más críticas porque los pacientes deben firmar un consentimiento informado. Y además porque el tratamiento no tendría efecto una vez que la persona pasa a respirador artificial”, indicó.
El referente de la Comisión Clínica del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) explicó que Córdoba adaptó el protocolo de uso extendido del Ministerio de Salud de la Nación. A fines de abril, la cartera sanitaria nacional firmó una resolución que regula el uso del plasma en pacientes con Covid-19.
“Hay una serie de eventos moleculares que se producen en el organismo por la infección del virus. Una de ellas es una cascada inflamatoria que puede agredir al pulmón. El plasma podría neutralizar los receptores que fijan el virus a la célula. Y, además, podría reducir el daño pulmonar. Son hipótesis que se están tratando de demostrar”, indicó Díaz.
El infectólogo agregó que, en esos nueve pacientes, se vislumbró una mejoría en la mayoría de los parámetros de laboratorio que se controlan para la evolución de la patología, después de la administración del plasma. “Desde el punto de vista clínico, notamos una mejoría y pareciera también que reduce los días de internación. Creo que es alentador, pero no podemos ser enfáticos en decir que tenemos la cura de la enfermedad. Mucho menos la vacuna”, aclaró.
Aptos y no aptos
En Córdoba, 86 recuperados acudieron al Centro de Plasmaféresis que funciona en el hospital San Roque viejo, y que recepta las muestras de aquellos que en forma altruista quieran formar parte de este tratamiento experimental. De ellos, 31 resultaron aptos, ya que desarrollaron anticuerpos en suficiente concentración.
Las primeras muestras se envían al Laboratorio Central, para descartar enfermedades transmisibles por transfusión. Luego, se envían al Instituto de Virología José María Vanella de la Universidad Nacional de Córdoba, para la titulación de anticuerpos neutralizantes. Una técnica que permite detectar y cuantificar esos anticuerpos. Es decir, medir su concentración.
Según datos del Centro de Plasmaféresis, el 30 por ciento de los recuperados no desarrolló anticuerpos, el 12 por ciento obtuvo una buena concentración y el 58 por ciento, títulos bajos. A la mayoría se les tomó una segunda muestra, a los 20 días.
Cautela
Daniel Fontana, coordinador de la Dirección de Sangre y Medicina Transfusional del Ministerio de Salud de la Nación, explicó a La Voz que la donación debe ser un acto voluntario en el que no debe existir coerción. Y alertó sobre mensajes que generan confusión: “No se puede decir que tenemos resultados favorables por unas pocas transfusiones que se hayan realizado. Debemos informar sobre las bases científicas, las evidencias y los protocolos que aún están en investigación”.
¿Qué falta para comprobar su eficacia? En términos de Fontana, evidencia científica: “El uso del plasma ha sido efectivo para otras patologías, como la fiebre hemorrágica argentina. Si un paciente que está internado recibe anticuerpos extras, además de los que fabrica por sí mismo, puede bloquear algunos virus e impedir que evolucione a etapas más graves. Pero en el caso del Covid-19, no está documentado que funcione, aunque en el mundo hay varios estudios clínicos en marcha”, detalló.
Fontana indicó que una información publicada en Estados Unidos, sobre la base de 20 mil transfusiones, pudo demostrar la seguridad o ausencia de complicaciones. No así su eficacia.
“Como se trata de un tratamiento experimental, los terapistas evalúan antes de indicarlo. Hay que ser cautelosos, y más a la hora de hablar de resultados”, alertó.
Sólo una parte de los recuperados es donante
El plasma debe cumplir ciertos requisitos.
Las personas confirmadas con diagnóstico positivo de Covid-19 estarán en condiciones de donar su plasma una vez pasados 14 días de su recuperación.
Deben tener más de 18 años de edad, no registrar enfermedades infectocontagiosas o enfermedades crónicas y estar clínicamente recuperadas de la infección. Además, tienen que contar con demostración de muestra viral negativa y tener anticuerpos neutralizantes en el plasma.
Calculan para fin de mes los resultados de ensayos
A finales de abril, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, reguló –mediante la resolución 783– el uso de plasma de convalecientes para pacientes con Covid-19. Y puso en marcha un ensayo clínico para evaluar su seguridad y eficacia. Con la ayuda de seis centros de captación de donantes y tres hospitales (Posadas, Fernández y Pirovano), logró recolectar plasma de 38 donantes y transfundir a 15 pacientes, bajo protocolo de investigación.
“Pensamos que en dos semanas vamos a tener un resultado parcial para hacer alguna evolución. Haremos un corte en 30 pacientes. Vamos por la mitad”, explicó Daniel Fontana, coordinador de la Dirección de Sangre y Medicina Transfusional del Ministerio de Salud de la Nación.
En la resolución ministerial, también se creó un registro de ensayos clínicos, que ya receptó protocolos de cinco instituciones de salud. El que está más avanzado es el del hospital Italiano de Buenos Aires, que al miércoles pasado, ya había transfundido a 100 pacientes. El funcionario informó que a finales de julio, el centro de salud podría informar resultados preliminares.
El plasma es un componente de la sangre que puede utilizarse con algunos fines terapéuticos. Un paciente –que tuvo contacto con el virus y luego se recuperó– desarrolló anticuerpos presentes en ese plasma, que podrían ser de utilidad a quienes están cursando la enfermedad.
“La mayoría de los ensayos clínicos tratan de investigar si ese recurso es efectivo en los inicios de la infección, antes del desarrollo de una enfermedad pulmonar grave. No es que el paciente se vaya a curar. El plasma podría impedir que la enfermedad evolucione a etapas más graves y así evitar la terapia”, agregó.
A través de un protocolo de acceso extendido, la Nación habilitó a las provincias a utilizar plasma de convalecientes. A diferencia de los ensayos clínicos, la información reportada por las jurisdicciones no servirá para comprobar eficacia, pero sí aportarán datos observacionales. En ambos casos se requiere el consentimiento informado del paciente y la aprobación del Comité de Ética de la Investigación (CEI) de cada provincia.
Fontana agregó que se necesita una muestra más representativa en los ensayos clínicos, que se realizan a doble ciego (a un grupo se le administra el tratamiento, a otro, un placebo). En el caso de los protocolos extendidos, eso no sucede. Los pacientes reciben además otros medicamentos de sostén, lo que dificulta sacar conclusiones.
“Hay muchas variables que se tienen en cuenta a la hora de decir que mejoró por esto, o por aquello. El paciente de Covid-19 recibe un tratamiento de base. Y también está la respuesta individual de una persona a la infección”, aclaró Miguel Díaz, director del hospital Rawson.
La cámara nacional que nuclea a clínicas, sanatorios, hospitales privados, centros de diagnóstico y tratamiento ambulatorio (Adecra+Cedim) aclaró en un comunicado que el plasma de convalecientes se encuentra en estudio y desaconsejó su uso compasivo hasta tanto no culminen los ensayos clínicos.
“Existe la necesidad de tener tratamientos eficaces contra el coronavirus en humanos y el tiempo apremia, pero no debe ser confundida oportunidad de prueba, o aún, uso ante falta de mejor alternativa, con prescripción obligatoria de plasma por su supuesta eficacia. El principio de no dañar prima siempre, y los tratamientos de enfermedades graves no pueden basarse en creencias o ilusiones sino en hechos”, alertó.